Un nuevo ciclo que se cierra y una nueva era comienza, Por que este año logremos abrir las puertas de nuestra imaginación y hagamos de este mundo un lugar esplendido donde la magia de lo imposible deje de ser una utopía y se transforme en nuestra realidad. Bouncing Things y todas sus criaturas les desean un excelente 2013 digno de transformarse en leyenda. Buen Viento y valentía, los caminos están abiertos!
domingo, 30 de diciembre de 2012
domingo, 2 de diciembre de 2012
viernes, 30 de noviembre de 2012
miércoles, 28 de noviembre de 2012
viernes, 23 de noviembre de 2012
Paranorman Fan Art
En estos días vi la película de Paranorman y este fue uno de los personajes que mas me cautivo cuando lo vi.Con ustedes mi Fan art de Agatha
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jueves, 22 de noviembre de 2012
lunes, 19 de noviembre de 2012
Falkor The Lucky Dragon
Never give up and good luck will find you.
–Falkor, The Neverending Story
Nunca te rindas y la buena suerte te encontrara.
-Falkor, La Historia sin Fin.
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sábado, 17 de noviembre de 2012
Megaman Tributo
Aveces te encuentras en el camino con colegas que comparten tus mismos gustos y tus mismas pasiones. Con Orgullo les presento este tributo a uno de los mas grandes juegos de la historia: Megaman!!! realizado por el talentoso Capitan Tanaka y este servidor!
Protoman: Capitan Tanaka https://www.facebook.com/Le.CapitanTanaka?fref=ts
Rockman: Nixaelich (Bouncing Things)
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lunes, 5 de noviembre de 2012
jueves, 1 de noviembre de 2012
miércoles, 31 de octubre de 2012
Día 31 - Cthulhu
Cthulhu es un personaje sacado de la literatura de H.P. Lovecraft. Lovecraft formó con algunos de sus cuentos una mitología de horror basada en la existencia de universos paralelos y seres provenientes de ellos, entre los que se encuentra Cthulhu (incluso algunos como Cthulhu viven en este planeta); y que existieron "antes del tiempo", y cuyo contacto con los humanos tiene terribles consecuencias. Dentro de sus historias, el tema es el caos primordial, y Lovecraft introduce la noción de que todo lo que conocemos tiene sentido únicamente dentro de nuestro espacio-tiempo; cuando ocurre un evento que rompe con el espacio-tiempo comienza la locura.
Dentro de esta cosmología conocida como los Mitos de Cthulhu, Cthulhu es emblema, personaje central y una de las figuras recurrentes; y aunque no es el más poderoso, si es el más popular de todos estos seres, y se encuentra en la obra La llamada de Cthulhu.
Cthulhu es una criatura extraterrestre, que tiene características físicas y habilidades que los hacen algo parecido a un dios para los humanos. Sus principales seguidores y sirvientes son la semilla estelar de Cthulhu. En la novela Las Montañas de la Locura pequeños retoños de Cthulhu estuvieron en guerra con varias razas en un pasado lejano, en el planeta Tierra. También lo adoran la mayor parte de los profundos, seres mitad humano mitad batracio, que habitan los océanos. Por encima de los Primigenios están los dioses Exteriores, aunque el universo de Lovecraft no se da a los escalones jerárquicos. Según sus seguidores humanos Cthulhu es el sumo sacerdote de estos seres.
Se describe -precisamente en el relato de La llamada de Cthulhu- como una enorme criatura comparable a una montaña desplazándose, con cabeza de pulpo o calamar, y abotargado cuerpo de dragón, con sus respectivas alas rudimentarias. Tiene la capacidad de alterar su forma, aunque siempre es básicamente la misma. Su cuerpo escamoso está compuesto por una sustancia distinta a las que se encuentran en nuestro planeta, una especie de masa gelatinosa que lo hace prácticamente indestructible. De todos modos, incluso si su cuerpo físico es destruido por completo (cosa muy improbable), su naturaleza extraterrenal lo haría volver a formarse en horas. Fue uno de los conquistadores de la Tierra y dominó desde las profundidades del océano.
Según la mitología, Cthulhu reposa soñando bajo un sello en la ciudad sumergida de R'lyeh (en algún lugar del océano Pacífico). Espera escapar algún día (el día en que «Las estrellas estén de nuevo en posición») con la ayuda de ocultistas y sectarios para volver a extender su poder sobre la Tierra. A él dedican el salmo «Ph´nglui mglw´nafh Cthulhu R´lyeh wgah´nagl fhtagn» que aproximadamente significa " En la Ciudad de R´lyeh, el difunto Cthulhu, espera soñando" (la pronunciación más cercana a nuestra lengua de tal frase es Fu-nug-loo-ee mug-ul-wun-ah-fuh Cu-thoo-loo Rye-leh wuh-gah-ah-gul fuh-ta-gun según el videojuego Call of Cthulhu: Dark Corners of the Earth.)
LA SEMILLA ESTELAR DE CTHULHU:
Según fuentes oficiales, las últimas declaraciones de Lovecraft nos desvelan que se trata de gatos cthulhomorficos, pero más pequeños y de poder inferior al propio Cthulhu. Los cuales son sus seguidores y temen al agua debido al poder de Cthulhu; al igual que su amo puedan alterar ligeramente su forma y asemejarse al gato doméstico. Estos son facilmente identificables debido a que, en lugar de decir "Huhidk" como gatos normales, dicen "Ich mag Khlûl'hloö-Sama Bami omyeon shimjangi tteugeowojineun yeoja, Keureon banjeon i-nneun yeoja". Y Cthulhu les contesta directamente en sus corazones desde las profundidades de su abisal prisión "Naneun sana-i! Naje-neun neomankeum ttasaroun geureon sana-i!". Aunque también poseen sutiles rasgos identificadores tan sólo apreciables a ojos de los mas reputados expertos, como los tentaculos de entre 25 a 30 cm que les salen entorno al rabo.
Llegaron junto con su amo a la Tierra, y la gran mayoría están encerrados con Cthulhu en R'lyeh, o en mundos lejanos, como Aldebarán; pero algunos están libres.
Sirven a Cthulhu llevando a cabo sus deseos, y han hecho guerras con otros seres. Es así como al llegar a la Tierra con él, lucharon con los Antiguos, y construyeron la ciudad de R'Lyeh.
martes, 30 de octubre de 2012
Día 30 - Mariangula
Esta antigua leyenda relata que Maringula era una niña que no cumplía sus 15 años, sumamente alegre, traviesa y juguetona.
Cierto día su madre le mandó a comprar tripa mishqui que era la base de su negocio ubicado en una de las esquinas del Quito colonial, pero haciendo estricto caso de su carácter la niña no sólo que no cumplió el mandado, pues se gastó el dinero recibido, sino que también gastó el tiempo jugando con sus amigos del barrio. Una vez terminado ese tiempo fue un solo instante de pensamiento que Mariangula se da cuenta del terrible castigo que le esperaba en casa por su error.
De tal suerte que se le ocurre, ya de noche en camino de regreso a su casa y mientras pasaba por el cementerio, sacarle las tripas a un cadáver humano que acababan de enterrar, hacer la limpieza de rigor y llevárselas a su madre.
Tan genial idea no podía tener otro desenlace que, a lo mucho, una reprimenda oral por el atraso sufrido.
Su madre, visto que tenía tan poco tiempo para iniciar su diaria labor, simplemente se dispuso a hacer lo que todos los días hacía, sorprendiéndose al final de la jornada de lo bien que le había ido ese día en la venta de la tripa mishqui asada. Todos sus comensales alabaron el particular y exquisito sabor del plato de ese día, tantas otras veces degustado. Al llegar la noche el éxito monetario y las felicitaciones recibidas ayudan a la madre a perdonar a su hija quien satisfecha por su inteligente treta y posterior triunfo va a la cama, a dormir.
Sin embargo, una vez en su habitación, Mariangula oye que la puerta se estrellaba contra su marco y una serie adicional más de ruidos extraños y retumbantes por toda la casa. Se asusta. Comenta el hecho con su familia quien le responde que no oye absolutamente nada por lo cual todos vuelven a dormir.
Conforme avanzaba la noche, los ruidos, para la niña, se hicieron cada vez más fuertes, variados y cercanos, hasta que alcanzó a escuchar perfectamente: “Marianguuula, Marianguuula, dame mis tripas y mi pusún que te robaste de mi santa sepultura".
Para este momento, ya escuchaba unos pasos firmes que subían por la escalera hasta su habitación, al ritmo constante de la frase que la aterraba: “Marianguuula, Marianguuula, dame mis tripas y mi pusún que te robaste de mi santa sepultura".
Al borde del colapso, Mariangula entra en un estado de total desesperación y angustia y sin poder aguantar más el arrepentimiento, coge un cuchillo y se desgarra su propio estómago. Alertada la familia por semejante barullo ingresa a la habitación de la jovencita para constatar un macabro cuadro que dibujaba su cuerpo tendido, solitario, sobre su cama y encharcada en sangre.
Nadie vió ni oyo nada aquella noche, que no fueran las exclamaciones a garganta viva de Mariangula, en su agonía, pidiendo perdón por su inocente travesura a un personaje cuyo nombre coincidía con el muerto de la tarde anterior.
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lunes, 29 de octubre de 2012
Día 29 - Baba Yaga
Baba Yagá (en ruso Баба Яга) es un personaje recurrente en el folclore eslavo y la mitología eslava, especialmente rusa.
Baba Yagá es vieja, huesuda y arrugada, con la nariz azul y los dientes de acero y posee una pierna normal y una de hueso por lo que a menudo se le da el apelativo de "Baba Yagá Pata de Hueso". Estas dos piernas representan al mundo de los vivos y el mundo de los muertos en los cuales ella deambula. Baba Yagá es un ser perverso y cruel, pero no totalmente malvado; come personas, generalmente niños. Sus dientes le permiten romper huesos y desgarrar la carne con facilidad. A pesar de que Baba Yagá consume diariamente grandes cantidades de carne, ella siempre tiene ese aspecto delgado y huesudo. Baba Yagá vuela montada en un almirez (a veces una olla) y rema el aire con una escoba plateada. Baba Yagá no permite que ninguna persona "bendecida" permanezca dentro de su propiedad, siempre y cuando Baba Yagá sepa que la persona tiene una bendición.
Vive en una choza que se levanta sobre dos enormes patas de gallina que le sirven para desplazarse por toda Rusia. La valla de su choza esta adornada con cráneos, en cuyo interior coloca velas. La idea de una casa con patas de gallina podría derivar de las cabañas de ciertos pueblos finoúgricos, que las construían de esta manera para protegerse de los animales. Para entrar en la casa, Baba Yagá dice el conjuro "Casita Casita, da la espalda al bosque y voltea hacia mí". El interior de la choza siempre está llena de carne y de vino. También es resguardada por los sirvientes invisibles de Baba Yagá, los cuales aparecen como manos espectrales. Baba Yagá también tiene a su servicio a los caballeros blanco, rojo y negro, los cuales controlan el día, el atardecer y la noche.
Baba Yagá ha aparecido en diferentes historias del folclore ruso, y algunas de ellas muestran diferentes facetas de ella. En algunas, ayuda a la gente que le sirve. En otras se dice que guarda las "Aguas de la Vida y de la Muerte", pues es "la Dama Blanca de la Muerte y del Renacimiento". En otras dice que tiene dos hermanas llamadas como ella y con su mismo aspecto.
En Bulgaria, a los niños se les cuenta que si se portan mal, vendra Baba Yaga(o Dyado Yag, Дядо Яг) para llevarselos con un saco y comerselos. También se le asocia con magia negra.
También se cuenta que envejece un año cada vez que le hacen una pregunta y que para rejuvenecer bebe un té hecho de las extrañas rosas azules, por lo cual recompensa enormemente a las personas que le traen alguna de estas rosas.
La figura de Baba Yagá probablemente deriva de "la Bruja", la tercer miembro de la Diosa Tripartita (Virgen, Madre y Bruja), símbolo de las tres edades de la mujer.
domingo, 28 de octubre de 2012
Día 28 - El Hombre de la Bolsa
Era un viejo de aspecto endeble, de cabello gris y bigote gris que engañaba a los chicos de los Estados Unidos. Confesó unos cien crímenes. Lo ejecutaron en la silla eléctrica.
Una mañana de julio de 1924 la señora Mc Donnell estaba sentada en una silla mecedora en la puerta de su casa, en Staten Island, Nueva York. Su hijo Francis, de ocho años, jugaba cerca con una pelota mientras su hija de pocos meses gateaba a su lado. Hacía calor.
No era una zona muy poblada. La señora Mc Donnell observó por un instante la calle de tierra y le llamó la atención un hombre que caminaba por el centro. Era un anciano de cabello gris y gran bigote gris, delgado y no muy alto. Llevaba un traje viejo y holgado, un sombrero bombín polvoriento y caminaba arrastrando levemente un pierna.
Andaba con los brazos colgados a los costados, casi pegados al cuerpo. Abría y cerraba constantemente una mano; en la otra llevaba una bolsa. Al pasar frente a la casa, saludó a la señora Mc Donnell descubriéndose la cabeza. El viejo murmuraba cosas para sí. La señora creyó que el abuelo andaba perdido.
A la tarde, Francis se fue a jugar con cuatro amigos en una zona descampada. A unos metros el hombre gris observaba. En un momento, Francis quedó rezagado y vio que un abuelo simpático, de gran bigote gris, como su cabello, lo llamaba. El anciano sacó golosinas de una bolsa y se las dio.
Nadie notó que Francis había desaparecido sino hasta la hora de la cena. Lo encontraron al día siguiente en un bosque. Había sido estrangulado con sus tiradores. Su padre apenas lo reconoció. El chico tenía como dentelladas. A su madre la debieron sostener entre varios policías para que no viera el nene.
La muerte del pequeño Francis Mc Donnell quedó en el olvido.
El 23 de mayo de 1928, Edward Budd, de 18 años, puso un aviso en el diario ofreciéndose para trabajar en el campo.
Cinco días después, un domingo, un hombre tocó a la puerta de su casa. Lo atendió Delia, la mamá de Edward. Se trataba de un anciano de aspecto endeble. Se presentó como Frank Howard, granjero, y quería hablar con Edward.
Delia reparó en su cabello gris, en su bigote gris y en una bolsa que llevaba. De inmediato, Howard contrató al chico. Delia lo invitó a almorzar y su esposo, Albert Budd, estaba encantado.
Apenas se habían sentado a la mesa cuando entró una bonita nena de grandes ojos marrones y cabello castaño. Gracie Budd, una de las hijas del matrimonio, tenía nueve años. Entró feliz, cantando. Howard estaba maravillado con la pequeña. De su bolsa sacó un dulce y se lo dio.
Cuando terminaron de almorzar Howard dijo que debía ir a la casa de su hermana porque uno de sus sobrinos cumplía nueve años. Le dijo a Edward que volvería a buscarlo y, para calmar su inquietud, le dio dos dólares.
Pero antes de irse se volvió hacia Delia y le preguntó si podía llevarse a Gracie al cumpleaños. Le dio grandes seguridades de que la nena estaría bien cuidada. Delia no sabía qué decir. Le pidió la dirección de su hermana. Aun así no estaba segura y miró a su marido. "Deja ir a la pobre niña. No se divierte demasiado", dijo el papá. Delia le puso un abrigo a Gracie y le dio un beso en la cabeza.
Los Budd nunca más volvieron a ver a su hija.
A la mañana siguiente Albert fue a hacer la denuncia de la desaparición. La primera cosa que descubrió la Policía fue que la dirección de la hermana del tal Howard no existía. Tampoco existía la hermana ni la granja ni Frank Howard.
Se asignaron veinte policías al caso, entre ellos el detective William F. King. No hubo nada por entonces. Gracie y el hombre gris se habían esfumado.
Seis años después, King era el único detective que seguía con la investigación. En octubre de 1934 decidió usar un recurso final: dijo que el sumario iba a ser cerrado definitivamente. La prensa lo difundió.
Delia Budd recibió una carta el 12 de noviembre. "Mi querida Sra. Budd: El 3 de junio de 1928 llamé a su casa. Almorzamos. Gracie se sentó a upa mío y me dio un beso. Decidí comérmela. Con el pretexto de llevarla conmigo a una fiesta (Usted le dio permiso) la llevé a una casa desocupada en Westchester". El viejo le contaba a la mamá cómo había matado a su hija.
La carta no tenía remitente pero King averiguó que había sido enviada por un hombre que alquilaba un cuarto en un edificio de la calle 52. El detective habló con la portera y le dio la descripción del "señor Howard". Coincidía con la de un viejo de cabellos grises y bigotes grises que se había registrado como Albert Fish.
Cuando King entró en la sala encontró a Fish bebiendo una taza de té.
—¿Usted es Albert Fish? —preguntó el policía. El viejo confirmó con la cabeza.
Se miraron. Sin bajar la vista, Fish tomó lentamente una navaja de afeitar del bolsillo interno de su saco y la sostuvo frente a él. King se enfureció. Los dos se seguían mirando a los ojos. King, velozmente, agarró la muñeca de Fish y se la torció hasta hacerle caer la navaja.
—Ahora te tengo —le dijo el detective.
La confesión de Fish fue larga y pormenorizada. Una patrulla se dirigió a la casa abandonada donde mató a Gracie. Hallaron los huesos de la pequeña.
King fue a buscar a Albert y Edward Budd para que identificaran a Fish. Al llegar a la comisaría Edward no se pudo contener. Se le echó encima y le gritó: "Viejo bastardo. Sucio hijo de puta". Los policías tuvieron que hacerle un torniquete en el brazo para contenerlo.
—¿Cómo se siente? —le preguntó el psiquiatra Frederic Wertham, que entrevistó al viejo en prisión.
—No tengo particulares deseos de vivir, ni de ser asesinado. Es una cuestión indiferente. No creo estar del todo bien.
—¿Eso quiere decir que está loco?
—No, exactamente. Nunca pude entenderme del todo...
—¿Puede explicarse?
—Siempre tuve deseos de infligir dolor a otros y de que otros me provoquen dolor. Siempre parecí disfrutar de todo lo que hace daño.
Fish le confió una larga historia de caza de chicos. Al menos cien. Y episodios de canibalismo.
¿Quién era Albert Fish? Según su confesión, había nacido el 19 de mayo de 1870 en Washington. A los 5 años su padre murió y su madre lo mandó a un orfanato. "Allí comencé a estar mal —dijo—. Estábamos despiadadamente derrotados..."
A los 14 años se dedicó a lo que sería su oficio: pintor de interiores. Se mudó a Nueva York y a los 26 años se casó con una chica de diecinueve. Pero cuando el menor de sus seis hijos tenía tres años, la mujer lo abandonó.
Wertham y otros tres médicos propuestos por el defensor James Dempsey dijeron que Fish estaba loco. A su criterio era un caso único de perversión en los anales de la literatura psiquiátrica y criminal.
Pero los psiquiatras del fiscal Elbert F. Gallagher opinaron todo lo contrario. Siempre supo lo que hacía, planeó el engaño a los Budd, llevó a la pequeña a un lugar apartado, preparó el lugar del crimen y lo ejecutó con plena conciencia.
El juicio por el secuestro y muerte de Gracie Budd comenzó el lunes 11 de marzo de 1935 en Nueva York.
Al tercer día se llevó al estrado una caja con los restos de Gracie. El detective King relató cómo había sido asesinada. Y entonces Gallagher abrió la caja y levantó con una mano la calavera de la nena.
El juicio duró diez días y menos de una hora la deliberación del jurado.
La perspectiva de la silla eléctrica tuvo su atractivo para Fish. "Sus ojos brillaban...", escribió un periodista del Daily News. Fish se levantó de su asiento y agradeció al juez: "Qué alegría. La de la silla eléctrica será el último escalofrío. El único que todavía no he experimentado". Fue ejecutado el 16 de enero de 1936.
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sábado, 27 de octubre de 2012
Día 27 - La Pericana
"Allá, como a cincuenta pasos de distancia, vimos (...), entre las verdes parras, una silueta negra, altísima, de rostro ensangrentado, roja barba y saltado ojazos amarillos. Avanzaba despacio, despacio, muequeando espantosamente". De esta manera con su sutil pluma, nos describe en uno de sus cuentos, Juan Pablo Echagüe, la estampa de un personaje famoso y siniestro de nuestra mitología autóctona, la llamada "pericana", un ser sobrenatural, que tiempo atrás, represento el terror para todos aquellos niños, que desobedeciendo a sus padres, se aventuraban a salir de sus casas en horas de la siesta.
El origen de esta tradición parece ser netamente de nuestra tierra, si bien algunos autores como Adolfo Colombres, también la ubican en la provincia de San Luis. Junto con otros monstruos de perfil femenino, como la "María Muscha", en Jáchal, o "la "calchona" en la zona cordillerana de Neuquén, este es un aterrador ser, cuyo origen es difícil de precisar. A juzgar por los datos aportados por Echagüe, sus comienzos son contemporáneos a su vida, es decir, en los últimos años del siglo XIX y principios del siguiente, aunque su leyenda pervivió hasta no hace mucho tiempo. La idea de concebir tan espeluznante ser, fue de los mismos padres, con la intención de infundirles miedo a su hijos rebeldes. Estos niños solían protagonizar las más alocadas aventuras, en horas de las largas y típicas siestas veraniegas, ocasionando toda clase de molestias en el vecindario. El hecho fue que alguna malograda pandilla de muchachos, en alguna ocasión, logró imaginar y ver a esta terrorífica mujer, y entonces el rumor se difundió como reguero de pólvora, sobre todo en las zonas rurales. Si bien se la describe como una anciana grotesca, de largos dientes, con cola provista de clavos y espinas, provista de un rebenque o cuchillo, para castigar a los desobedientes chiquillos; también hay versiones disímiles que la refieren de bella presencia, con un rostro cautivador, que se aparece repentinamente entre los parrales y seduce a los chicuelos para perseguirlos y castigarlos.
viernes, 26 de octubre de 2012
Día 26 - Zombie
Un zombi (en ocasiones escrito con la grafía inglesa zombie) es, originalmente, una figura legendaria propia de las regiones donde se practica el culto vudú. Se trataría de un muerto resucitado por medios mágicos por un hechicero para convertirlo en su esclavo. Por extensión, ha pasado a la literatura fantástica como sinónimo de muerto viviente y al lenguaje común para designar en sentido figurado a quien hace las cosas mecánicamente como si estuviera privado de voluntad.
De acuerdo con la creencia, un hechicero vudú o Nigromante sería capaz mediante un ritual de resucitar a un muerto, que quedaría sin embargo sometido en adelante a la voluntad de la persona que le devuelve a la vida. Estos muertos vivientes son llamados zombis. La palabra podría tener relación con el nombre de una serpiente divina que es objeto de culto en las regiones de lenguas níger-congo, y que está emparentada con el término kikongo nzambi, que significa dios.
En 1937 la folclorista estadounidense Zora Neale Hurston conoció en Haití el caso de Felicia Felix-Mentor, fallecida y enterrada en 1907 y a quien, sin embargo, muchos lugareños aseguraban haber visto viva treinta años después convertida en zombi. Hurston se interesó por rumores que afirmaban que los zombis existían realmente aunque no eran muertos vivientes sino personas sometidas a drogas psicoactivas que les privaban de voluntad. No pudo, sin embargo, encontrar datos que fueran más allá del mero rumor.
Varias décadas más tarde, en 1982, el etnobotánico canadiense Wade Davis viajó a Haití para estudiar lo que pudiera haber de verdad en la leyenda de los zombis y llegó a la conclusión —publicada en dos libros: The Serpent and the Rainbow (1985) y Passage of Darkness: The Ethnobiology of the Haitian Zombie (1988)— de que se podía convertir a alguien en zombi mediante el uso de dos sustancias en polvo. Con la primera, llamada coup de poudre (en francés, literalmente, «golpe de polvo», un juego de palabras con coup de foudre, que significa «golpe de rayo» y también «flechazo» amoroso), se induciría a la víctima a un estado de muerte aparente. Sus parientes y amigos la darían por muerta y la enterrarían, y poco después sería desenterrada y revivida por el hechicero. En ese momento entrarían en acción los segundos polvos, una sustancia psicoactiva capaz de anular la voluntad de la víctima.
El ingrediente principal de la primera sustancia, el coup de poudre, sería la tetrodotoxina (TTX), una toxina que se encuentra en el pez globo, que habita las costas del Japón y el Caribe. La TTX, administrada en una dosis semiletal (LD50 de 1 mg), es capaz de crear un estado de muerte aparente durante varios días, en los cuales el sujeto sigue consciente a pesar de todo. Otras fuentes hablan del uso del estramonio o datura, que en Haití se llama concombre zombi, esto es, «pepino zombi». Según la creencia popular, la ingestión de sal liberaría al zombi de los efectos de la droga.
Davis popularizó también la historia de Clairvius Narcisse, un hombre que aseguraba haber sido víctima de esta práctica y haber vivido como esclavo zombi en una plantación durante dos años.
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jueves, 25 de octubre de 2012
Día 25 - Yeti
El yeti, o Metoh Kangmi, que significa Abominable hombre de las nieves, denominación con la que habitualmente se refieren los nativos en el Himalaya a este escurridizo personaje es uno de los objetivos más perseguidos por los criptozoólogos. Existen numerosos testimonios durante los últimos cien años. Una de las observaciones más antiguas y fiables del yeti es la proporcionada por el teniente coronel Howard-Bury, quien mientras escalaban la cara norte del Everest observó junto a sus soldados a través de los prismáticos un grupo de puntos negros moviéndose sobre la nieve. Cuando llegaron al lugar, situado a 6.900 metros de altura, su sorpresa al encontrar huellas de considerables dimensiones y claramente no humanas.
Cuatro años después, en 1925, el hindú A. Tombazi, expedicionario y botánico de la Royal Geographical Society, observó a poco más de doscientos metros de distancia una figura humanoide oscura, con el cuerpo cubierto de pelo y sin ropa, que caminaba erguida mientras arrastraba unos arbustos. La observación se dio en las cercanías del glaciar Zemu, a 4.500 metros de altitud, y de la misma tan solo quedaron como evidencias unas huellas en la nieve de 17 centímetros de largo.
En la década de los 70, el montañero británico Don Williams fue testigo, durante una ascensión al Anapurna, de la aparición por dos veces de un posible yeti. Una noche de 1970, y tras escuchar un extraño sonido que uno de los nativos identificó como perteneciente al yeti, pudo ver sobre una roca una forma humanoide negra, hallando al día siguiente unas huellas de 45 cm.
Curiosamente, unos años más tarde, uno de los más célebres aventureros españoles, César Pérez de Tudela, observaba desde el cañón del Gadaki, en la base del Anapurna, una forma humanoide, desnuda, completamente antropomorfa y de un pelaje más bien rojizo que negro.
Lo cierto de las evidencias acumuladas en los últimos cien años, y a pesar del fracaso de la treintena de expediciones científicas emprendidas demuestran suficientemente la existencia del yeti, o al menos de un misterio al que los nativos denominan así. De esta opinión es Reinhold Messner, el más famoso escalador de todos los tiempos, quien, tras una década de indagaciones, publicó en 1998 un libro en que aseguraba haber encontrado la respuesta al misterio. Para Messner, la clave estaba en las creencias de los habitantes del Himalaya, en cuyo panteón religioso se recogía la existencia de seres humanoides peludos ligados a aspectos maléficos, que posteriormente se habrían asociado a determinados animales, en especial a osos kemo, cuyas huellas en la nieve o el barro, y sus observaciones, habrían creado la leyenda de la existencia real del yeti.
La mayoría de las descripciones recogidas coinciden en mostrar al yeti como sí de un hombre salvaje se tratara: bípedo, robusto y con el cuerpo cubierto de pelo claro. Evita a los humanos, y posiblemente ahí radique la clave de su supervivencia, mostrando una gran destreza y comunicándose mediante sonidos incomprensibles para los humanos. Algunas tradiciones tibetanas señalan la existencia de hasta tres tipos de yeti: los nyalmo, de hasta 4 metros de altura y carnívoros; los rimi, de unos 2,5 metros, comedores de animales y plantas, y los rackshi bompo, de un tamaño similar al humano, habitantes de regiones inferiores a los 4.000 metros de altura.
En diversas partes del mundo, existe la creencia de algo similar. El Alma ruso, el Yereen chino, el Yowie australiano, pero el mayor número de pruebas vienen de Estados Unidos, por parte del Big Foot, llamado Sasquatch por los indios americanos.
Algunos especialistas proponen la confusión con animales salvajes de comportamiento esquivo, como el ya citado oso kemo, los monos langur hanuman o un gran orangután de las montañas, exponiéndose incluso que se trata de eremitas que viven aislados a gran altitud.
La hipótesis que más adeptos tiene es la del Gigantopithecus, un primate gigante que vivió hace medio millón de años y cuyos restos fósiles han sido hallados en China y la India.
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miércoles, 24 de octubre de 2012
Día 24 - Xaphan
Cuando Satán y sus ángeles se rebelaron ante Dios, Xaphan se unió a sus filas y fue aceptado con brazos abiertos, debido a que él poseía una mente inventiva. El le sugirió a Satán prenderle fuego al cielo, pero fueron arrojados al infierno antes de cometer tan vil acto.El está encargado eternamente, en mantener encendidas las llamas del infierno,según la demonología.
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martes, 23 de octubre de 2012
Día 23 - Wandjina
En la mitología australiana los wondjina (o wandjina) son espíritus de la lluvia y las nubes. Estos personajes antropomórficos carecían de boca (existía la creencia que las lluvias nunca cesarían si la tuvieran), la parte superior ensanchada y enormes cabezas con rostros semejantes a calaveras con ojos y nariz. Sus cabezas están aparentemente rodeadas por plumas o auras luminosas.
Estos seres fueron los creadores del mar, de la tierra y sus habitantes. Los wondjinas tenían poderes especiales y si uno era ofendido podía causar inundaciones e intensos relámpagos. Todavía creen que las representaciones rupestres de estos seres poseen poderes especiales y deben ser conservadas cuidadosamente. Uno de estos wondjinas: Walaganda se convirtió en la vía láctea.
lunes, 22 de octubre de 2012
Dia 22 - Vampiro
Un vampiro es, en la cultura popular de varios países, una criatura que se alimenta de sangre de seres vivos para mantenerse activo. Probablemente la base de la mayoría de las ideas acerca de vampiros que forman parte de la cultura popular actual sea el libro Drácula de Bram Stoker, y las películas de cine basadas en él, como Nosferatu y Drácula de Bram Stoker. Algunos estudiosos del vampirismo han sugerido que estas leyendas se hallan relacionadas total o parcialmente con casos de patologías reales como la rabia; interesante el estudio del neurólogo español Juan Gómez Alonso Los vampiros a la luz de la medicina; o la porfiria. Junto con el hombre lobo, el vampiro es quizás el más famoso ser sobrenatural de la cultura popular humana.
La palabra "vampiro" viene de las lenguas eslavas (del alemán vampir, que se deriva del polaco temprano vaper y éste a su vez del eslavo arcaico oper; con raíces indoeuropeas paralelas en el turco y en el persa). Significa a la vez "ser volador", "beber o chupar" y "lobo", además de hacer referencia a cierto tipo de murciélago. Durante la expansión del Romanticismo en Europa, la principal reacción al periodo previo de Ilustración enciclopédica y racionalista, el vampiro se convirtió en una temática común y pasó de la leyenda oral a los castillos y los salones elegantes.
Otros nombres son vurdalak (ruso moderno), vrolok (eslovaco), strigoï o strigoiul (rumano moderno), bukolako o vukodlak (serbio), upiro (polaco), nosferatu (del griego nosophoro (νοσοφορος), portador de enfermedad) y vampyrus (latín).
Aunque la descripción de estas criaturas varía un poco entre autores, tienen varias características en común: Fueron humanos mortales, pero ahora están en un estado no exactamente vivo pero tampoco muerto, de ahí que se les llame no-muertos. Suelen ser de aspecto delgado y lánguido, con largas uñas y piel mortecina. Según algunos autores, algunos vampiros no se reflejan en los espejos, ya que no poseen alma. Necesitan sangre fresca para vivir. (antiguamente no se centraba concretamente en la sangre como base de su alimento, sino en el "fluido vital" de los humanos, algo tan etéreo como el alma, pero que nuestra sociedad identifica con la sangre.) Suelen tener fobia a los crucifijos y al agua bendita si son -o eran- creyentes. Pueden infectar a otros al morderlos y convertirlos a su vez en vampiros; los detalles varían. Cuando les pica un mosquito o bicho les salen varias manchas rojas; esto significa que el vampiro no toma diariamente sangre fresca o la necesita. No toleran el oro, en las mujeres; lo pueden utilizar con una base de plata. Algunos, como Drácula de Stoker, necesitan dormir en tierra de suelo natal. Poseen una fuerza sobrenatural. No toleran los espejos. Los vampiros pueden elegir su camino; ser vampiro para toda su vida, o sólo ser humano normal que sigue teniendo rasgos de vampiro, y no necesita sangre. Los vampiros actuales suelen llevar una vida normal. Algunos, sin sangre, pueden sufrir de amnesia por un momento. En las mujeres, los perfumes pueden hacerlas sufrir quemaduras leves o invisibles. En algunos vampiros, el sol les afecta la vista. Los nuevos vampiros suelen tener los dientes delanteros no muy desarrollados como los antiguos. La mayoría sólo puede ser destruido por la luz del sol o al ser decapitado. Los verdaderos Nosferatu sólo pueden morir si se introduce plata bendita en su cuerpo y no hay sangre cerca de ellos en ese momento; de lo contrario, simplemente su cuerpo se destruirá sólo para reconstruirse nuevamente. Si se le clava una estaca en el corazón, el vampiro no muere, sino que queda paralizado mientras tenga la estaca clavada. Según otras fuentes, sí muere, pero hay que dejar la estaca clavada. Y debe ser de madera de ciertos árboles, como el roble. Si se le decapita muere. Los verdaderos Nosferatus pueden soportar la luz del sol, aunque la odian. Los demás vampiros no la toleran, ya que puede destruirlos o herirlos gravemente. Si les da la luz del sol a los vampiros de baja categoría pueden morir, pero si llegan a tiempo a la sombra, pueden curar sus quemaduras, pues tienen gran capacidad de regeneración. Se pueden alejar con ajo, pues lo odian por su fuerte olor. Tampoco toleran el olor a rosas. Para que un vampiro no original, o de baja categoría se vuelva un verdadero Nosferatu debe beber voluntariamente la sangre de aquel que lo mordió (que en este caso debe ser un Nosferatu). Tienen una afinidad natural con la magia, en especial con la magia negra y concretamente la necromancia, capaces de dominarla con mucha más facilidad que el hechicero humano más diestro.
El vampiro es un ser físicamente poderoso, tan fuerte como veinte hombres, de una virilidad extraordinaria y extremadamente sensual. Proyecta sombra, aunque se mueven a placer y no en la acción que hace. Debido a su consumo de sangre permanece eternamente joven, y es el señor de los murciélagos, las polillas, el lobo, la rata, el zorro y el búho. Es capaz de transformarse en una nube de polvo o vapor, trepa por las paredes con la facilidad de un insecto y, al menos de un modo limitado, es capaz de controlar la furia de los elementos. En Drácula se afirma también que sólo puede entrar en un edificio si se le invita previamente -un innegable simbolismo sexual- y que tiene que dormir en un ataúd que contenga algo de su tierra natal. Le repugna la flor del ajo (una minúscula flor violeta que despide ese característico olor, no su bulbo, que no despide ningún olor hasta que se corta) y la luz del día le molesta, pero no le daña significativamente. La suposición de que la luz del sol hiere o mata a los vampiros es un mito aparecido en los últimos sesenta años.
Suele considerarse que las armas (balas, dagas, espadas, proyectiles) fabricadas en plata pura le pueden herir, pero no las más comunes de plomo o acero. Existen, por el contrario, opiniones contradictorias sobre la utilidad del fuego para destruir a un vampiro, incluso cuando el fuego procede de armas modernas de alta energía. En cuanto al crucifijo y el agua bendita, es algo que Stoker se sintió obligado a incluir en su novela dado el carácter fanáticamente religioso de la sociedad de su tiempo, pero no parece que tengan más fuerza que la de su propio simbolismo. Esto significa que si el vampiro era cristiano cuando estaba vivo, puede sentirse espantado ante tales símbolos, pero si no lo era, no servirán de gran cosa. Con los vampiros más viejos, que nacieron muchos milenios antes de la aparición del cristianismo, la cruz y el agua bendita no serían más que curiosidades históricas carentes de todo poder.
Si bien existen sugerentes leyendas en todas las civilizaciones de la Antigüedad, desde Egipto a Sumeria, la primera referencia histórica del vampiro se encuentra en la obra de Lucio Apuleyo, un escritor y filósofo romano, que vivió entre los años 125 y 180. Su novela De Asino Aureo cuenta la historia de dos hermanas malignas, Meroe y Panthia, que bebieron la sangre de un tal Sócrates (ninguna relación con el gran filósofo griego). Las hermanas cerraron las heridas de Sócrates con una esponjilla para que éste no se diera cuenta de la pérdida de sangre, pero cuando al día siguiente se inclinó para beber agua de un río, la esponjilla se cayó al agua, y tras ella la última gota de vida.
El vampiro como muerto viviente bebedor de sangre ya era conocido en las leyendas de algunos países, siendo posible encontrar relatos en Inglaterra y Dinamarca durante el siglo XII que nos hablan de seres parecidos. Con el tiempo, y especialmente gracias a las novedades que aportaba el llamado Siglo de las Luces, donde se vive el triunfo de la razón y el desprestigio de las supersticiones, fueron poco a poco desapareciendo. Pero años más tarde surgió una de las personas que más hizo para avivar estas creencias en el vampirismo, aunque su idea inicial era refutar su existencia: el padre benedictino Dom Augustin Calmet (1672-1757). Calmet vulgarizó en el siglo XVIII las leyendas y fábulas de Centroeuropa sobre los vampiros, exponiendo en su obra Tratado sobre los vampiros (1746) las historias de estos seres en tierras de Austria, Hungría, Polonia, Serbia, Moravia, Silesia y Prusia, aunque también anotó casos de lugares tan distantes como Perú, Laponia o Inglaterra.
También han existido las leyendas de vampiros en España, como muestran las guaxas en Asturias, las guajonas en Cantabria y las meigas chuchonas en Galicia, todas ellas con un solo colmillo para succionar la sangre de sus víctimas, sobre todo niños.
En Mesopotamia se invocaba a los dioses protectores para que acabaran con los Utuhu y a los Maskin, seres muy similares a los vampiros que eran los culpables de las enfermedades y las pestes, por parte del pueblo. Estos seres junto con las huestes de Alal y Telal, pueden considerarse como antecesores de los vampiros.
En el Antiguo Egipto encontramos deidades vampíricas como Srun, caracterizada por tener aspecto de lobo y largos colmillos. Solían alimentarse de los cuerpos de sus víctimas humanas. Los fenicios tenían la creencia de que la mortandad de niños era debida a los ataques de Lilitu, espectro errante que se alimentaba de la sangre de los infantes. Se hicieron exorcismos para devolver a los chupasangres (también llamados chtonios, "amigos de la sangre") a sus tumbas.
Kali Ma, en la India era una diosa sanguinaria y feroz, con cuatro brazos y una larga cabellera. Se le ofrecían sacrificios humanos en los que la sangre era el elemento principal. Otros seres eran los butchas.
En la antigua China se consideraba que se convertían en vampiros aquellos que habían cometido crímenes en vida. Cuando éstos morían, se les exhumaba y se les cortaban todos sus miembros a trozos.
En América, el pueblo amerindio Mapuche tiene entre sus creencias la existencia de un ser vampírico conocido como el Pihuychen que atacaría principalmente a animales, pero también a humanos. Igualmente creían en la existencia de una criatura vampírica acuática conocida como Trelke-wekufe (El cuero). Posteriormente ambos seres formarían también parte de la tradición chilena. También los Aztecas creían en un ser vampírico conocido como Civatateo que atacaba a los niños que después morían de una extraña enfermedad. También se dice que atacaba en las noches y especialmente en los cruces de caminos.
Ya en Europa, más concretamente en la antigua Grecia, existía en su mitología la leyenda de Lamia, que era hija del rey oriental Belus y cuyos hijos fueron asesinados por la diosa Hera al conocerse que Lamia tuvo un romance con Zeus. Para vengarse, Lamia comenzó a perseguir a todos los niños que se encontraba para extraerles la sangre para alimentarse. Esta leyenda se convirtió en superstición que se transmitía en las zonas rurales de Grecia y que contaba que Lamia atacaba a todos los viajeros extraviados, seducidos por la belleza de la "chupasangre". Este caso es el más parecido a la concepción histórica de vampiro. También en la mitología griega se encuentra el caso de Empusa, hija de la diosa Hécate, un ser con pies de bronce y monstruoso que podía transformarse en una bella mujer y conquistaba a los hombres para aprovecharse de su sangre. Además en la Hélade existían en sus leyendas las striges, deidades con rostro de mujer y cuerpo de pájaro que absorbían la sangre de los humanos mientras estos dormían. También existía un ser llamado Vrycolaka, que atacaba a su familia después de muerto.
Los romanos tenían a los larvae, no-muertos que no habían expiado sus crímenes en vida, y se vengaban de su estado esquelético y fantasmal absorbiendo la vida de los vivos.
En la Edad Media, en los países de religión musulmana se hablaba de unos vampiros llamados gul, en el caso de ser varón, y gola siendo mujer, que se convertían en tales por haber tenido una muerte violenta. Estos seres tienen su aparición en uno de los relatos de Las mil y una noches llamado Honor de un Vampiro.
En la primera expedición de los vikingos hacia Islandia en diferentes grupos, ocurrió que en la primera noche allí, uno de los grupos (que se componían de una treintena cada uno) fue masacrado por una especie de vampiros que les absorbieron la sangre.
La palabra upir (también como en polaco significa vampiro) llegó a utilizarse por primera vez en Rusia en el año 1047 para referirse a un príncipe ruso.
En 1190 Walter Map escribe De Nagis Curialium, en donde escribe hechos ocurridos por ataques vampíricos en Inglaterra. También recoge casos ingleses William de Newburgh en sus Chronicles, en 1196.
Durante la Edad Media, las pulgas, que son también chupadoras de sangre, se consideraban un ser vampírico por su implicación a la hora de extender la Gran Peste Negra de 1348. De aquí surgieron varias referencias literarias sobre "el Señor de las Pulgas" y, por extensión, "el Señor de los Insectos" y "el Señor de las Moscas". Los celtas enterraban a sus muertos boca abajo, para que entraran en el "otro mundo" mirando en la dirección correcta: hacia abajo. En Europa Oriental, era frecuente introducir un diente de ajo en la boca de los muertos antes de inhumarlos. También en la Edad Media y en Cataluña se encuentra la historia del Conde Arnau de Mataplana. Este conde prometía una medida de trigo a todo aquel que le suministrara una medida de piedra para la construcción de su castillo. Una vez construido el mismo, Arnau no cumplió con lo dicho respecto a sus súbditos. La población en venganza avisó a las brujas del lugar para que realizara hechizos sobre el conde y estos se realizaron. El conde, no enterado de estas conjuras contra él, estaba enamorado de una abadesa del convento de San Juan de las Abadesas, a quien, después de haber sido rechazado, violó y secuestró para llevársela a su nuevo castillo. Era noche de difuntos. Cuando a la mañana siguiente fueron unos hombres a parlamentar con Arnau, se encontraron con la espantosa imagen del conde y la abadesa despedazados por lo que dijeron unos perros vampíricos. Se dijo que hasta el siglo XIX cada noche de difuntos el conde, la abadesa y la jauría de perros salían del más allá para chupar la sangre y despedazar a todo aquel que se encontraran por la noche en aquellos lares catalanes.
Dracul (que significa el dragón, aunque la palabra rumana utilizada para referirse al Demonio es idéntica) era el apodo del voivoda (príncipe) valaquio -la idea de que era transilvano es aportación de Bram Stoker- Vlad II Dracul, caballero de la Orden del Dragón, un colectivo secreto fundado por el Sacro Emperador Romano en 1410. Vlad Dracul fue el padre de Vlad III Tepes (el Empalador) que vivió en constante estado de guerra durante 1431 y 1476. Vlad IV Tepes fue el modelo que recogería el escritor Bram Stoker para crear su famosísimo personaje, el Conde Drácula. Draculea significa hijo de Dracul, y este apodo pronto derivó a Drácula. Pese a lo que se dice en la novela de Stoker, los rumanos no establecen conexión entre Vlad III Tepes y el vampirismo; de hecho, debido a su capacidad para expulsar a los turcos de Valaquia (mediante métodos extremadamente crueles y brutales, pero quizás apropiados para el lugar y la época) se le considera un héroe nacional en Rumania, el salvador de Europa. Por los mismos métodos, también logró que desapareciera toda delincuencia de su reino -algo muy difícil en tiempos tan convulsos de invasiones y revueltas-. Para más información sobre la figura histórica de Vlad III Tepes se recomienda leer L'Histoire du Prince Dracula, de Matei Cazacu, que incluye los trabajos de M. Beheim.
Creando a su alrededor un aura demoníaca, logró que unos y otros se lo pensaran dos o más veces antes de atacarle. Paralelamente, la leyenda de Draculea, hijo de Dracul, el Dragón, el Diablo, el Vampiro, pudo surgir. Como mínimo desde 1460, sus enemigos en el exterior y en el interior estaban convencidos de que Vlad disponía de poderes necrománticos, pues sólo así podía explicarse su conducta, y pensaban que su reducido ejército diurno quedaba reforzado durante la noche por las cien mil almas de sus víctimas convertidas en raptores de niños y doncellas, chupadores de sangre, fantasmales guerreros de la oscuridad en busca de implacable venganza contra los vivos. El concepto moderno de vampiro había nacido.
domingo, 21 de octubre de 2012
Día 21 - Ukobach
En la última jerarquía de los infiernos, es el proveedor de aceite de los hornos infernales. Se lo representa con el cuerpo ardiendo. Se dice que es quien inventó los fuegos artificiales así también como las frituras.
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sábado, 20 de octubre de 2012
Día 20 - Tengu
El Tengu (天狗,"Perro celestial") es uno de los mas famosos yōkai de la mitología japonesa. Aunque toma su nombre del demonio-perro japones "Tiangou", tradicionalmente el tengu toma su imagen de las aves de presa y se lo representa con características tanto humanas como de ave. Los primeros tengu eran representados con un pico en su rostro, pero luego la imagen ha ido tomando un aspecto mas humano y se lo representa en la actualidad con piel de tono rojizo y una larga nariz en vez de pico. A veces se dice que esta imagen, es la del Tengu dai (Gran Tengu), que se sirve de rebaños Tengu como ko-Tengu (cuervos Tengu).
El budismo siempre sostuvo que fueron demonios perturbadores y heraldos de la guerra, sin embargo su concepto se ha ido suavizando gradualmente en una función mas protectora aunque todavía conservan la característica de peligrosos espíritus de las montañas y los bosques. Se asocian con la práctica ascética conocida como Shugendō, y por lo general se los representa con la vestimenta distintiva de sus seguidores.
Se dice que gozan difundiendo el caos y la confusión en el mundo de los humanos, castigan a los arrogantes, molestan a los poderosos y recompensan a los humildes permitiéndoles acompañarlos en sus vuelos nocturnos sin miedo. Algunas veces secuestran personas y luego los dejan vagando en los bosques en un estado de demencia llamado Tengu-kakushi. Otras veces, son llamados para ayudar a los niños perdidos a encontrar el camino a casa.
Son capaces de asumir una gran variedad de formas (aunque su naturaleza es aviar) y realizar ilusiones para despistar a los humanos. Tienen la habilidad de la telepatía y se dice que pueden teletransportarse, sus alas los transportan grandes distancias en un solo latido de corazón. Tambien se dice que son famosos por su habilidad en artes marciales, se dice que han capacitado a los ninjas y enseñado a los samurai.
viernes, 19 de octubre de 2012
Día 19 - Satiro
Un sátiro (en griego Σάτυρος, Sátyros) es una criatura de la mitología griega que encarna la fuerza vital de la naturaleza.
Los sátiros, relacionados con las Ménades, forman en el «cortejo dionisíaco» que acompaña al dios Dioniso. Pueden estar también asociados al dios Pan. Algunas tradiciones consideran a Sileno padre de la tribu de los Sátiros. Los tres mayores de éstos, llamados Marón, Leneo y Astreo, eran iguales a su padre y por ellos fueron también conocidos como silenos. Según algunas versiones habrían sido ellos los padres de los sátiros (de los que entonces sería Sileno su abuelo). Los tres estuvieron en el séquito de Dioniso
cuando éste viajó a la India, y de hecho Astreo era el conductor de su carro.
Se les representa de varias formas. La más común (y básicamente romana) es la de una criatura mitad hombre mitad carnero, con orejas puntiagudas y cuernos en la cabeza, abundante cabellera, una nariz chata, cola de cabra y un priapismo (erección del pene) permanente. A menudo llevan pieles de animales, de pantera (atributo de, por ejemplo, Dioniso).Las representaciones romanas confundían a los sátiros con los faunos, quienes solían tener piernas de chivo. La confusión ha perdurado incluso en obras de arte contemporáneas, como el «fauno danzante» de Lequesne, que es más bien un sátiro.
Se les ha representado en varias edades de su vida. Los menores son llamados satyrisci, y se les representa como graciosos jóvenes: el sátiro Anapauomenos («en descanso»), atribuido a Praxíteles, es el mejor ejemplo. Los sátiros mayores son llamados silenos, por Sileno, preceptor de Dioniso, y se les representa como de una gran fealdad. Aparecen a menudo con una copa o un tirso en la mano, en actitud de bailar con las ninfas, a las que a menudo persiguen.
Los sátiros son criaturas alegres y pícaras, aunque su carácter desenfadado y festivo puede volverse peligroso e incluso violento. Como criaturas dionisíacas son amantes del vino, las mujeres y los muchachos, y disfrutan de los placeres físicos. Bailan al son de las flautas (auloi), címbalos, castañuelas y gaitas. Tienen un baile especial llamado sikinnis. Debido a su gusto por el vino a menudo aparecen sosteniendo copas y aparecen en la decoración de vasijas y vinajeras.
En el arte griego arcaico, los sátiros aparecen como criaturas ancianas y feas, pero en un período posterior, especialmente en las obras de la escuela ática, su fealdad es suavizada con un aspecto más grácil y juvenil.
Esta transformación o humanización del sátiro aparece en el arte griego tardío. Otro ejemplo de este cambio se produce en las representaciones de Medusa y las amazonas, personajes tradicionalmente considerados como salvajes e incivilizados. La representación compasiva y humanizada del sátiro de Praxíteles, conocido como "Sátiro en reposo" es un claro ejemplo de esta evolución.
Aunque no son mencionados por Homero, en un fragmento de las obras de Hesíodo se dice que los sátiros son hermanos de las ninfas de las montañas y de Kuretes, fuertemente conectados con el culto de Dioniso y que son criaturas caprichosas e indignas. En el culto de Dioniso los seguidores masculinos son conocidos como sátiros y los femeninos como ménades o bacantes.
En la mitología cristiana la representación del sátiro fue asumida por el diablo, que aún actualmente suele representarse en la iconografía como una criatura con patas y cuernos de cabra.
jueves, 18 de octubre de 2012
Día 18 - Rakshasa
Procedentes de una antigua raza hindú de bestias mitológicas, los rakshasas son criaturas demoníacas que habitan bajo la forma de un felino humanoide.
Extendiendo la maldad Con la cabeza de un depredador, generalmente un tigre, y el cuerpo de un musculoso humano, los rakshasas son toda una manifestación del mal y la crueldad más salvaje, y caminan siempre en busca del caos.
Su propio nombre, rakshasa, proviene de la palabra “rakshas” que significa “guardián” aunque, quizás, la expresión “algo de lo que guardarse” sea más acertada, dada su ansia de destrucción de comunidades humanas.
Conocidos por ser caníbales devoradores de hombres, han ganado su fama destruyendo templos, profanando tumbas y atormentando tanto a vivos como a muertos. Y es que los pishacas, un tipo de rakshasa menor propio de los cementerios, impiden el descanso de los difuntos, arrancando su carne podrida y extendiendo enfermedades que afectan también a los vivos.
Los pishacas tienen la forma de un goblin diabólico y apestan a putrefacción. Su actividad es mayoritariamente nocturna ya que la luz del día los debilita y aturde. Se asocian con los grahas, demonios de la enfermedad, también presentes en cementerios, para sus malvados planes y sólo responden ante los rakshasas más poderosos, a los que consideran sus superiores.
El rakshasa hindú:
Según los textos del Ramayana, los rakshasa tenían forma humana y surgieron de los pies del dios Brahma. Este dios eligió a algunos rakshasa para convertirlos en sus guerreros de élite. Seleccionó a los más crueles y a los que se habían reencarnado varias veces siendo malvados, y les proporcionó dotes especiales.
Entre los más poderosos destacaba Ravana, el líder de los rakshasas, que poseía 10 cabezas y 20 brazos. Este formidable guerrero era prácticamente indestructible, ya que cuando se le cortaba un brazo volvía a brotar uno nuevo. Las enormes cicatrices de su cuerpo daban fe de las batallas libradas contra los dioses y los humanos.
Los rakshasas dominaron los bosques, territorio en el que se encontraban cómodos, dada su habilidad para trepar, saltar y camuflarse. Según la leyenda, controlaban la zona geográfica perteneciente a la actual Sri Lanka, y lo hicieron masacrando aldeas y retando a la autoridad de los dioses. La ofensa fue tal, que Vishnú, el jefe de la tríada suprema de dioses hindúes, se encarnó en el rey Rama y asesinó a Ravana. Tras su muerte se restauró la paz en la zona.
Las leyendas indias son numerosas, tanto como las luchas de los dioses con los rakshasas. Son luchas eternas en las que unas veces los dioses salen victoriosos y otras veces son los rakshasas los que se imponen. Un ejemplo es el caso de la leyenda de Durga, un terrible rakshasa con cuerpo humano y cabeza de toro de quien se dice que consiguió derrotar a todos los dioses, desterrándolos al exilio.
La parte animal:
La forma más común del rakshasa es la de felino. Un cuerpo humanoide cubierto de una fina capa de pelaje con el color y los moteados típicos de su raza (tigre, leopardo, pantera, etc). Otras de las formas que suele adoptar, aunque más raramente, son de la de toro y la de mono.
Sus garras suelen tener la forma inversa a la de los humanos, es decir, tienen las palmas en la parte superior y no la inferior. Brotan de ellas unas afiladas uñas negras con veneno. Lo mismo ocurre con sus colmillos, que también son venenosos, por lo que es muy común que ataquen con mordiscos o con zarpazos.
No es habitual que un rakshasa luche cuerpo a cuerpo ya que tiene otras muchas formas de acabar con un enemigo, por ejemplo, la capacidad de transformarse en cualquier figura humana. Así, puede convertirse en una figura conocida por el contrincante, como un familiar o un amigo. Además, puede interceptar los pensamientos y leer la mente, con lo que el engaño es total.
Son muy hábiles con la magia, sin embargo, los conjuros no les afectan. Es inútil intentar dar caza a un rakshasa con artes arcanas. Solamente su naturaleza demoníaca es vulnerable al agua bendita, por lo que usada en un proyectil, a modo de dardo venenoso, puede acabar con ellos instantáneamente.
La sociedad rakshasa:
Son seres solitarios pero muy organizados y leales entre ellos. La mujer rakshasa, conocida como rakshasi, es un miembro igual de importante en la sociedad que su contrapartida masculina.
Se dice de los rakshasas que todo el mal y el rencor que guardan dentro se han acumulado durante varias vidas, ya que siempre se reencarnan en otro rakshasa que conserva los recuerdos de vidas pasadas. Es por esto que los rakshasas son, en cierto modo, inmortales. No importa que sea destruido, volverá a la vida como otro rakshasa con más odio.
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